El Barroco es un movimiento
artístico y cultural dominante en el siglo XVII caracterizado
por una evolución de las ideas y aspectos temáticos y formales del Renacimiento.
La visión neoplatónica e idealista del mundo
renacentista entra en crisis, se hace compleja, conflictiva y contradictoria.
Los recursos formales se intensifican en la búsqueda de nuevos caminos para la
expresión artística.
Al
principio el término barroco no
se utilizó más que para las artes plásticas, es en los años 1820 cuando
se empieza a hablar de barroco literario, aunque su período de influencia se
ubica entre los siglos XVI y XVII dando la idea de que el movimiento afectó no
sólo a la formas plásticas, sino también a las formas literarias. Aún más
importante, asumir la existencia de un barroco literario supone asumir el
barroco como un movimiento de tipo ideológico, no sólo formal y ver su profunda
relación con la Contrarreforma. Sin embargo, esto llevó a algunos mucho más
allá, negando su relación con el Renacimiento y presentándolo como un movimiento
enfrentado, lo que tampoco es verdadero.

·
Eufuismo le llaman los poetas ingleses
·
Preciosismo en Francia
·
Marinismo en Italia
A finales del siglo XVI, la situación social y política de
España predispone a los escritores a imbuirse de lleno en este movimiento: el
hambre, la peste, la desigualdad social, los pícaros, los mendigos, las
miserias, los sueños de grandeza, etc. Todos estos temas son llevados a la
literatura; es una situación apropiada para que nazca esa literatura cuyos
cimientos están en la decepción, en el desengaño, en lo poco que valen las
grandezas de esa época. Abarca aproximadamente desde las obras iniciales de Luis de Góngora y Lope de Vega, en la década de 1580, hasta bien
entrado el siglo XVIII. El siglo más
característico del barroco literario español es el XVII, en el que
alcanzan su cénit prosistas como Baltasar Gracián y Francisco de Quevedo, dramaturgos como Lope de Vega, Tirso de Molina, Calderón de la Barca y Juan Ruiz de Alarcón o la producción poética de los citados Quevedo, Lope de Vega y Góngora.
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